A ustedes, los comprometidos con un gobierno corrupto, que despilfarró los recursos del pueblo para enriquecerse de manera grotesca e inmoral mientras condenan a la gente a la miseria. A ustedes, los socios de una administración ineficiente y pirata, más pendiente del próximo contrato que de solucionar los problemas de los venezolanos. A ustedes me dirijo hoy, enemigos del cambio; ustedes, los poderosos, sentados en la arrogancia de unos cargos con los que juraron servir a la nación y que hoy sólo utilizan para servirse a ustedes mismos y a sus grupitos de acólitos.
Es con ustedes, los que impulsan, a juro, un modelo fracasado que arruinó al país. Ustedes, que en nombre del socialismo le han dicho a la gente que ser rico es malo, mientras se desbordan sus cuentas de plata mal habida. A ustedes les escribo con la promesa de que esta decadencia revolucionaria también pasará, que su reinado de chantaje, miedo y atropello no será para siempre.
También es con ustedes, los que sirven de sostén a un sistema podrido signado por el clientelismo y amamantado por el rentismo. Ustedes, que se saben en ambos lados del espectro polarizado y por encima de él, con su perversa lógica mercantilista, superficial, antivenezolanista. También a ustedes va el llamado ante una situación que ya revienta, que no se aguanta más.
A ustedes, los que sembraron odio y división entre los venezolanos, y también a los que las cosechan. A los que nos valoran de acuerdo a nuestras posturas políticas y nos clasifican de acuerdo a nuestro ingreso mensual. A los que discriminan por sexo y excluyen por las preferencias sexuales. A los que se empeñan en pasarle por encima al otro para imponer su propia dominación.
A ustedes, a todos ustedes, les aseguro que serán derrotados. Frente a su apoltronamiento, a sus intereses económicos, a su poderío político, militar y comunicacional se encuentran miles que militamos sin descanso en una causa terca y obstinada: lograr el cambio para Venezuela. Más allá del lema usado por unos y otros, ese cambio implica un país muy diferente al de hoy, donde todos sus ciudadanos sean protagonistas y no coristas del culto a la personalidad ni esclavos de la máquina del Estado. El cambio pasa por la promoción de un nuevo gobierno y de un nuevo estilo de gobierno, transparente, responsable, serio, cuyas prioridades estén centradas en superar la pobreza, la violencia y las desigualdades. Promover el cambio es enfrentar sin tregua al clientelismo parasitario y no esperar a estar en la buena para beneficiarse de él. Es diversificar la economía, creyendo en la iniciativa de los venezolanos e impulsando su productividad para derrumbar el vicio rentista. Cambio es impulsar las reformas políticas y sociales para que no haya nunca más venezolanos de segunda por ningún motivo. Sí, a ustedes, a los enemigos del cambio, les digo hoy que serán derrotados, y que su derrota verá florecer la Venezuela digna del Siglo XXI, la Venezuela solidaria, libre, justa y democrática, la Venezuela del progreso para todos por igual.
Este fue mi último artículo en El Universal, por el que fui censurado el 24 de julio de 2014. Fue publicado posteriormente en Tal Cual.
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