
La Palma
061 – 27 de mayo de 2020
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La polarización extrema ha significado la cooptación de los principales medios de comunicación. Este espacio ofrece una visión crítica detrás de algunos de los principales titulares diarios, en un formato sucinto.
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Mi comentario de hoy
Donantes y contraloría
2.793 millones de dólares recaudaron donantes internacionales para atender a migrantes y refugiados venezolanos. Esta cifra se suma a varias otras, milmillonarias también, que han circulado en la prensa. Y, sin embargo, la situación de los refugiados y migrantes venezolanos pareciera empeorar cada día.
Es importante que se rindan cuentas claras sobre el destino y la administración de estos recursos, para que iniciativas como estas no redunden en la mercantilización de la tragedia venezolana en beneficio de un grupo político y sus aliados internacionales. También es necesario que los factores internacionales entablen un diálogo franco con el gobierno -el que existe y malgobierna- y deje a un lado la necedad del no-reconocimiento y la ficción del gobierno paralelo, que ha sido incapaz o no ha estado dispuesto a ayudar a los venezolanos, bajo el supuesto perverso de que mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos es oxigenar al régimen de Maduro.
Del llamado gobierno interno se conocen las principales figuras de su entramado burocrático: el «canciller», el «procurador», los «embajadores». Muy poco se habla del contralor y encontrar declaraciones y pronunciamientos suyos es casi imposible.
Que estos fondos lleguen a donde tienen que llegar, de manera transparente, es clave para atender a miles de venezolanos que han huído de la miseria, solo para encontrarse con la xenofobia y la discriminación y para que, pasadas semanas o meses, no tengamos que preguntar, como en aquella campaña presidencial, «¿dónde están los reales?».
Odio a la 1
Lamentable la salida del aire de Vladimir a la 1 de Globovisión. Se pierde no solo el periodismo ecuánime y firme de Vladimir Villegas en televisión, sino una tribuna importante para la disidencia que resiste la fuerza centrífuga de la polarización extrema.
Las reacciones en las redes exhiben de todo un poco: solidaridad, apoyo, pero también odio, mucho odio. Los mismos que llevan años denunciando los ataques contra la libertad de expresión, andaban «diente pelao» con la salida de Vladimir. Al respecto, tuiteamos esto anoche:
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