
La Palma
059 – 25 de mayo de 2020
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La polarización extrema ha significado la cooptación de los principales medios de comunicación. Este espacio ofrece una visión crítica detrás de algunos de los principales titulares diarios, en un formato sucinto.
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Mi comentario de hoy
Hacia un nuevo CNE
En medio de la -siempre- complicada agenda noticiosa nacional, en la que el repunte de casos de Covid-19 y el arribo de tanqueros con gasolina para Venezuela ocupan las primeras planas, vale la pena recordar que estamos en año electoral. Y estamos en año electoral no por capricho de uno u otro actor político, sino porque así lo establece la Constitución.
Para nadie es un secreto la desconfianza ciudadana hacia el sistema electoral. La abstención, estrategia nacida en mala hora cuyo fracaso solo ha fortalecido al gobierno, encuentra su cable a tierra, precisamente, en esa desconfianza.
De allí que sea buena noticia el llamado de varios sectores a nombrar un nuevo Consejo Nacional Electoral, como primer paso para recuperar la confianza en el voto. Ya desde la Mesa de Diálogo Nacional se ha venido trabajando en varios puntos relativos a la materia, que incluyen, entre otros, acuerdos sobre la representación de los pueblos originarios y, especialmente importante para romper con la polarización extrema que erosiona la democracia, lo relativo a la representación proporcional, establecida en la Constitución.
La Red de Observación Electoral de Asamblea de Educación, una organización de observación que lleva años trabajando el tema, llamó en un comunicado «a la defensa activa de los derechos políticos de los ciudadanos». En ese sentido, abogan por la vía electoral como «el medio para una solución a las presentes e indeseables condiciones de vida, permitiendo la renovación de diversos niveles de autoridades nacionales que encaminen al país a soluciones que nos saquen del desastre actual».
El llamado de la Red de Observación Electoral es propicio para que se retome la actividad del Comité de Postulaciones Electorales, en el que diversos partidos, incluidas organizaciones a ambos extremos de la pugna polarizada como el PSUV y Voluntad Popular, lograron sentarse a discutir cómo luciría un nuevo CNE que permita a los venezolanos tener la última palabra en la resolución de la crisis.
De modo que sí, el gobierno debe atender la pandemia y las dificultades que impone sobre los más vulnerables; la oposición debe reclamar, junto a la gente, las reivindicaciones populares. Pero también, en paralelo, los diputados deben acelerar el trabajo para acordar un nuevo Poder Electoral que permita a los venezolanos expresarse y decidir, con toda la fuerza de la soberanía popular y sin las indignas fantasías del tutelaje extranjero, el camino a seguir para la recuperación de la Nación.
Saludamos y respaldamos este comunicado y hacemos votos por un nuevo CNE que permita a los venezolanos decidir, mediante el ejercicio de sus derechos políticos, el futuro del país.
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